La guerra entre los grandes del mundo se traslada a África… pero en silencio
La apetecible y fácil torta africana está siempre en el centro de la mesa de las superpotencias, sobre la cual mueven sus piezas de ajedrez, para poder aprovecharla mejor, ya apoyando esa guerra, ya manteniendo a ese dictador, ya realizando un golpe de Estado…
La guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones en el océano Pacífico entre China y Estados Unidos y la crisis dictada por la falta de materias primas y el bloqueo de cereales son factores que están volviendo a situar al continente africano en el centro de interés de la principales potencias internacionales Son muchos los acontecimientos significativos que atestiguan cómo Rusia, Francia, Estados Unidos y China intentan cada vez más asegurar un papel de liderazgo en el continente africano.
Cada país, sobre la base de sus antecedentes, sus métodos de penetración económica e militar, está implementando varios intentos para asegurar alianzas y recursos en África. Sin embargo, el continente, por el momento, no está desequilibrado, con la excepción de algunos estados, y está mostrando una gran habilidad en la práctica de la espera y la prudencia política. La mayoría de los países africanos, desde el Sahel hasta el África subsahariana, necesitan alimentos, armas y garantías de seguridad. Y si por un lado el modelo autocrático chino y ruso fascina a varios liderazgos, por otro tienden a no querer ir demasiado lejos, mejor esperar para no correr el riesgo de convertirse en terreno de guerras de poder o ver un aumento de la inestabilidad o un empeoramiento de las propias condiciones económicas.
Los líderes africanos ahora están esperando, esperando, escuchando y observando, a diferencia de los líderes del mundo que están de una manera frenética y nerviosa.
El choque entre Rusia y Francia
Una de las noticias que ha dado que hablar a África en el último periodo es la retirada del contingente francés de Malí. Después de ocho años, el Elíseo declaró terminada la misión de Barkhane. Una fuerte intervención militar de 5100 unidades que desde 2013 apoya al ejército maliense en la lucha contra las formaciones yihadistas. La misión francesa en Malí fue considerada por todos los analistas como un fracaso de París dado que las formaciones islamistas siguen haciendo estragos en el país y en la vecina Burkina Faso, y sobre todo porque el Estado africano fue escenario de dos golpes de estado en 2020. Esto ha incitó al gobierno militar africano a firmar un acuerdo de colaboración con los mercenarios rusos de Wagner y a expulsar al embajador francés.
Si Francia en África se pone a cubierto y se defiende, Rusia en cambio ataca y ataca. Vladimir Putin afirmó en términos muy claros que el continente africano es uno de los escenarios privilegiados en lo que respecta a la competencia con el mundo occidental. Rusia lleva años implementando políticas de penetración al sur del Sahara. De hecho, la República Centroafricana se ha convertido en la base operativa rusa en África Central, “un portaaviones de Moscú en el corazón de África”, ha sido rebautizado por académicos y analistas, desde donde activar el expansionismo ruso en el continente. En la República Centroafricana, los mercenarios rusos luchan junto a las tropas regulares y apoyan al régimen. Antaño África Central era la guarnición militar del Elíseo hoy es el Kremlin y la situación es similar en Malí donde el gobierno golpista ha llegado a acuerdos con la empresa mercenaria rusa Wagner que, cometiendo constantes violaciones de los derechos humanos, está apoyando al gobierno maliense. en la lucha contra el yihadismo.
Putin también ha firmado acuerdos de cooperación militar con Burkina Faso y Camerún y la estrategia del zar es tan sencilla como eficaz: seguridad a cambio de recursos naturales y estratégicos.
Estados Unidos y China
Estados Unidos, por otro lado, tiene la intención de moverse con la nueva doctrina de Biden la cual se basa en cuatro puntos clave: democracia, inversión, seguridad, recuperación de la pandemia del Covid y energía limpia. Estas son las intenciones con las que Washington quiere entablar relaciones y actuar como barrera a China y Rusia en el continente.
Y finalmente China. Beijing no tiene competidores en África, el Dragón ha sido el principal socio comercial de África durante 12 años. El comercio bilateral total entre el continente africano y China en 2021 alcanzó los 254.300 millones de dólares, un 35,3% más que el año anterior. África ha exportado 105.900 millones de dólares en mercancías a China, un valor que crece un 43,7% anual, y los bancos de desarrollo chinos también han prestado más del doble que los de EE. UU., Francia, Alemania y Japón.